sábado, junio 16, 2012

Alejandra y yo


Ayer fui a ver una obra de teatro que tiene por titulo “Agua para Alejandra” de la dramaturga Florencia Berthold. Inspirada en los diarios de Alejandra Pizarnik. Tengo que decir, apropósito de la salida, que fue maravillosa: por el hermoso grupo con el que estaba y además porque me recordó mis lecturas de la Pizarnik, a quien he encontrado grandiosa. Sí acaso alguien estudiara la angustia en los llamados humanus, sin duda deberá entreverar sus disertaciones con las letras de Alejandra.


Estos tiempos no son tiempos angustiantes para mí, lo fueron alguna vez, quizá en el otoño pasado, pero por suerte no se caen dos veces las mismas hojas de los árboles. Este es otro otoño, duermo en el lindo color que me resulta el amarillo, esperando… esperando la primavera.


Al volver a los textos de la Pizarnik (irremediablemente después de la obra) me encontré algunos subrayados y, por esto de los otros tiempos, elegí algunos que me resultan esperanzadores en medio de tanta angustia desborda en sus letras. Resultó también que encontré escrito en ellos algunas frases que me habían suscitado estas lecturas…

Alejandra Pizarnik
Ahí van:

Alejandra
Sólo es posible vivir si en la casa del corazón hay un buen fuego. Dentro de mi pecho tiene que estar la morada del consuelo, quiero decir, de la certeza. Sólo entonces se vive la poesía…

Yo
Querer ser y ser son lo mismo, pues mientras quiero estoy siendo.

Alejandra
Sé que estoy errada pero prefiero que cada uno escriba sobre su propia luna, sobre su noche. O que se introduzca dentro de la luna... En suma: que no se describa la realidad visible sin haberla transmutado antes, o sustituido, o hecho caso omiso de ella.

Yo
El arte, tal vez no sólo sirve a manera de expresión (un hacia fuera), claramente y muchas veces es sólo impresión (un hacia adentro).

Alejandra
…La noche esta del otro lado de la ventana, etc., etc. Arribar…Dejarse ir con el viento (Diccionario de la Lengua Española)

Yo
Sí, te has ido… te has ido del todo.
Y yo sigo aquí,
aun con las luces apagadas.
Sí, es preciso... dejarse ir con el viento.

Alejandra
En verdad, no se trata de Buenos Aires sino de mi familia, de la absoluta tristeza de mi casa. Aunque no es la casa, la casa es nueva y nada siniestra, son mis padres pero no los de ahora sino los que conocí de niñita.

Yo
Acá tienes todo lo que necesitas para vivir: restau rantes, baños y arte.

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